Empanadas fritas de mariscos

Paso a paso

• 1.

  Prepara el relleno: En una sartén grande, calienta el aceite a fuego medio y agrega la cebolla. Sofríe hasta que esté transparente y ligeramente dorada. Luego, incorpora el ajo en polvo, el comino y el ají de color, revolviendo para mezclar bien los sabores.

• 2.

  Cocina los mariscos: Añade los mariscos y cocina por unos minutos hasta que suelten sus jugos y se impregnen de los condimentos. Si usas mariscos en conserva, escúrrelos bien antes de agregarlos para evitar un exceso de líquido en el relleno.

• 3.

  Espesa la mezcla: Disuelve la harina en un poco de agua o jugo de los mariscos y agrégala a la sartén. Cocina por un minuto más, revolviendo constantemente hasta que la mezcla espese ligeramente. Luego, retira del fuego y deja enfriar completamente antes de armar las empanadas.

• 4.

  Prepara la masa: En un bowl grande, mezcla la harina con la sal. Agrega la manteca y trabaja con las manos hasta obtener una textura arenosa. Luego, incorpora el vino blanco y el agua tibia poco a poco, mezclando hasta formar una masa firme pero manejable.

• 5.

  Amasa y corta los discos: Coloca la masa sobre una superficie enharinada y amasa durante unos 5 minutos hasta que esté lisa y elástica. Cubre con un paño y deja reposar por 20 minutos. Luego, estira la masa con un rodillo hasta alcanzar un grosor de ½ cm y corta discos de aproximadamente 15 cm de diámetro.

• 6.

  Arma las empanadas: Coloca una porción de relleno en el centro de cada disco de masa. Dóblalo por la mitad y presiona los bordes con los dedos o con un tenedor para sellarlos bien. Si deseas un cierre más seguro, humedece los bordes con un poco de agua antes de presionarlos.

• 7.

  Fríe las empanadas: En una sartén grande, calienta abundante aceite a fuego medio-alto. Cuando esté bien caliente pero sin humear, baja un poco la temperatura y agrega las empanadas cuidadosamente. Fríelas por 2-3 minutos por cada lado, hasta que estén doradas y crujientes.

• 8.

  Escurre y sirve: Retira las empanadas con una espumadera y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Luego, sírvelas calientes y acompáñalas con pebre, ají casero o una ensalada fresca.